Para hacer un poco de historia, recordamos que, respondiendo al reclamo local de una institución de excelencia en Tehuacán, el matrimonio Iturbe González decidió fundar el Colegio John F. Kennedy, que abre sus puertas en la calle 1 Sur, 327, el 2 de Febrero de 1966, con la intención de atender a la juventud estudiosa de Tehuacán y su región.
La Secretaría de Educación Pública seleccionó, de una terna, el nombre de John Fitzgerald Kennedy, justificado por tratarse del nombre de un joven político y escritor norteamericano, dotado de un especial carisma personal que sentó los cimientos de una importante labor política en los Estados Unidos de Norteamérica. En su calidad de Presidente Constitucional, Kennedy creó la Alianza para el Progreso, organización de planificación y ayuda a los países latinoamericanos; luchó contra el racismo y fomentó las reformas en la educación de latinoamérica; durante su mandato presidencial, la Casa Blanca se caracterizó por el brillo intelectual y social de las figuras que lo frecuentaban.
Con el Papa Juan Veintitrés y Nikita Kruschev, John F. Kennedy significó un giro hacia la comprensión y una apertura a la esperanza mundial y, aunque su acción personal fue demasiado breve, pues fue asesinado en Dallas, a los 46 años de edad, en el tercer año de su mandato, el 22 de noviembre de 1963, su huella marcó de manera indeleble la historia contemporánea, como una tendencia irreversible hacia la paz entre los hombres y la convivencia entre las diferentes ideologías.
El pueblo de México admiró su presencia en América y su visita a nuestro país, hasta la fecha, ha sido superada solamente por las visitas del Papa Juan Pablo Segundo.
El Colegio John F. Kennedy, inicia sus actividades con el Jardín de Niños y la Primaria, fungiendo como Directora General la C. Profa. Graciela González Baz-Ochoterena y como Oficial Administrativo el C. Teniente Coronel Pascual Iturbe Rodríguez.
En el año de 1969, a petición de padres de familia y por necesidad de servicio, se crea el Departamento de Secundaria y, para contar con una organización completa, en 1976, se abre el Departamento de Preparatoria por gestión directa del Lic. José Carlos del Salto del Salto, Director y Propietario de la Secundaria y Preparatoria que, para fines tributarios, en 1990, toma el Nombre de Centro de Estudios John F. Kennedy de Tehuacán A.C. RFC. CEJ-900625-EAA, con claves 21PESOO61V Y 21PBH0042D, respectivamente.
Por así convenir a sus intereses, en 1982, los Fundadores van a radicar a la ciudad de México, cediendo los derechos de propiedad de la Primaria a la C. Profa. Ma. Esther Zermeño de Sánchez y del Jardín de Niños a la C. Profa. Margarita Prado Garduño, que lo cede a la Dra. Guadalupe Zerda de Lira.
La Unidad Escolar John F. Kennedy, así constituida, sigue siendo el foco de preferencia de los padres de familia que se interesan por el trabajo en un ambiente de disciplina y perseverancia en el bien.
Los docentes de esta Unidad Escolar estamos trabajando arduamente con el interés de atender detalles que hacen la diferencia y que se han convertido en parte de la cultura del trabajo institucional.
Una de las características diferenciales está plasmada en el lema: Trabajo, Disciplina y Perseverancia. Profesores y estudiantes estamos empeñados en mantenernos en esta forma de vida, para heredar al mundo jóvenes de calidad con espíritu de triunfadores.
El trabajo es una oportunidad para ejercitar la creatividad haciendo lo que se tiene que hacer, más y mejor en el menor tiempo; se refiere a la actividad preponderante realizada con entusiasmo, tomando en cuenta que la actitud del estudiante le hace ver al trabajo no como una carga sino como una actividad agradable y provechosa. Es responsabilidad del profesor generar una actitud mental positiva frente al trabajo intelectual, material, social, etc., para que el trabajo deje de ser una sentencia para sufrir y se convierta en un privilegio de suerte para ejercitar su actividad creativa, aquí y ahora.
La disciplina se refiere no al estatismo y quietud sino a la pertinencia de la actividad en tiempo, lugar y circunstancia. Ser disciplinado es hacer lo que se tiene que hacer, de la mejor manera, aquí y ahora. La cultura de la disciplina le permite al estudiante hacer un proyecto de vida práctico y coherente, real y verdadero, perfecto y dinámico, tomando en cuenta que la disciplina y más aún la autodisciplina es una de las llaves del éxito en el bien personal y común.
La perseverancia le permite al estudiante continuar con lo que empezó; porque el éxito no está en empezar sino en perseverar en el empeño de llegar a las diferentes metas propuestas y disfrutar del logro de cada una de ellas, haciendo razón motivadora para seguir adelante en el camino de superación.