Las emociones positivas (por ejemplo: alegría, buen humor, optimismo, paz, entusiasmo, fe) son, además de "estados de ánimo", realidades bioquímicas que generan en nuestro organismo distintas respuestas que ayudan a combatir y hasta a revertir las enfermedades. Además de modificar todo nuestro entorno y dar calidad a nuestra vida.
Ahora mismo, pensemos en algo placentero, algo positivo y edificante, y sonriamos. Pensemos en alguien especial, en cómo esa persona ilumina la vida. Recordemos aquel glorioso y hermoso día de la semana pasada, y lo maravillosamente bien que nos sentimos. Recordemos lo felices que estaban los que nos vieron ayer. Encontremos algo que nos haga sonreír, y sonriamos.
Es prácticamente imposible ser negativo mientras estemos sonriendo sinceramente. Sonriamos, y estaremos sintonizando con el lado positivo de la vida. Sonriamos con sinceridad, con los ojos y el rostro así como con los labios, y naturalmente sacaremos a relucir lo mejor de las personas que nos rodean.
Sonriamos a las personas que nos rebasan en la autopista. Sonriamos mientras hablamos por teléfono. Aún cuando la persona al otro lado no pueda ver la sonrisa, ésta igual atravesará la línea e inyectará una energía positiva a la conversación.
Sonriamos tanto como podamos. Vamos... una sonrisa puede hacer milagros. Pongámonos a trabajar para nosotros y hagamos de esta vida una experiencia maravillosa de paz y realización total.