¿Quieres sentirte importante? ¿Te gustaría tener éxito y que los demás te respeten? 

Entonces empieza por ser útil. Todos tenemos algo valioso: tiempo, energía, ideas, conocimientos o habilidades.

La clave está en cómo usamos todo eso. ¿Qué estamos haciendo que realmente les sirva a los demás? ¿Cómo podríamos ayudar más? ¿A cuántas personas podríamos aportar algo bueno?

Mientras más valor generes con lo que haces, más valor vas a recibir. Eso aplica para la escuela, para tus relaciones y para tu futuro. Recuerda que más gana el que comparte que el que recibe.

¿Quieres tener un buen día? Haz algo útil.
¿No sabes qué decisión tomar? Piensa cuál opción ayuda más.
¿Te sientes mal contigo mismo? Usa ese momento para hacer algo que valga la pena.
¿Quieres sentirte orgulloso de ti? Aporta, ayuda, mejora algo. Haz la diferencia.

Es muy fácil quejarse cuando algo sale mal. Es fácil echarle la culpa a alguien o a algo. Pero eso no cambia nada. Lo que sí cambia las cosas es levantarse rápido. Porque no es cuántas veces fallas lo que define tu éxito, sino cómo reaccionas cuando fallas.

Las personas que logran grandes cosas también se equivocan, también se caen. La diferencia es que no se quedan ahí. Se levantan, aprenden, y siguen adelante.

Si te descubres quejándote, frena un segundo y pregúntate:
👉 ¿Qué puedo hacer para mejorar esto?
👉 ¿Qué sí está en mis manos?

Porque siempre hay algo que puedes hacer para aportar, avanzar o mejorar. Y eso es lo que realmente importa.